Cuatro años han transcurrido desde la aprobación final del Estatuto de Cataluña. En el camino de las largas deliberaciones hasta tomar la decisión final se quedaron Pablo Pérez Tremps que fue recusado por el Tribunal Constitucional debido a que había hecho un informe para la generalitat que afectaba al Estatuto que después fue aprobado. Tampoco llegó a la deliberación final Roberto García-Calvo debido a su fallecimiento. Finalmente fueron 10 magistrados los que fallaron sobre el recurso de inconstitucionalidad.
La presidenta María Emilia Casas sacó adelante a la séptima la sentencia por una mayoría global de 6 a 4. El fallo del Tribunal declara inconstitucionales 14 artículos, reinterpreta 27, y deja sin valor jurídico vinculante al término Nación contenido en el preámbulo, por lo tanto se ven afectados un total de 41 artículos.
Las reacciones no se han hecho esperar, el gobierno está medianamente satisfecho con el fallo del Tribunal, el Partido Popular también. Incomprensible la reacción de los partidos catalanes, ya que pueden estar más que satisfechos con la sentencia del Estatuto. Ha sido una sentencia justa, responsable y moderada, sentencia con la que este humilde estudiante de derecho que les escribe está totalmente de acuerdo. Completamente incomprensible e intolerable el ataque, las presiones que ha sufrido y sufre este tribunal, atreviéndose incluso a convocar una manifestación sin respetar lo más mínimo la autoridad del Tribunal Constitucional. Podemos considerar el irresponsable ataque a está institución fundamental en nuestro Estado, como un ataque a la democracia y a las reglas del juego que todos un día pactamos, normas que parece que ahora algunos quieren olvidar.
La presidenta María Emilia Casas sacó adelante a la séptima la sentencia por una mayoría global de 6 a 4. El fallo del Tribunal declara inconstitucionales 14 artículos, reinterpreta 27, y deja sin valor jurídico vinculante al término Nación contenido en el preámbulo, por lo tanto se ven afectados un total de 41 artículos.
Las reacciones no se han hecho esperar, el gobierno está medianamente satisfecho con el fallo del Tribunal, el Partido Popular también. Incomprensible la reacción de los partidos catalanes, ya que pueden estar más que satisfechos con la sentencia del Estatuto. Ha sido una sentencia justa, responsable y moderada, sentencia con la que este humilde estudiante de derecho que les escribe está totalmente de acuerdo. Completamente incomprensible e intolerable el ataque, las presiones que ha sufrido y sufre este tribunal, atreviéndose incluso a convocar una manifestación sin respetar lo más mínimo la autoridad del Tribunal Constitucional. Podemos considerar el irresponsable ataque a está institución fundamental en nuestro Estado, como un ataque a la democracia y a las reglas del juego que todos un día pactamos, normas que parece que ahora algunos quieren olvidar.
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