La permivisidad del electorado conservador ante la corrupción política

Eso parece desprenderse de la última encuesta electoral sobre intención de voto del Diario Público, que otorga al partido popular un aumento en su número de escaños en las cortes valencianas de los 54 escaños actuales hasta 57-58, a la vez que prevé un duro correctivo al partido socialista de Jorge Alarte que pasaría de 38 escaños, a 35-36 y por último EUPV que se presentaría separado de la coalición compromís conservaría 6 de los 7 escaños que actualmente tiene su actual coalición.

Sorprendentemente los escándalos de corrupción parecen no afectar al apoyo electoral de la derecha. Ya no es solo el caso Gürtel y sus ramificaciones que se extienden por la comunidad Valenciana, Madrid, Castilla y León, y Galicia, también hay otros como el caso Palma Arena, en Baleares o el Caso Fabra, presidente de la diputación provincial de Castellón, imputado por innumerables delitos, en palabras de Rajoy “una buena persona”. Y realmente debe serlo, porque es un hombre al que le regalan cheques al portador, parcelas…, además es un hombre con bastante suerte, por lo menos mas suerte que yo (llevo comprando lotería desde los 15 años y todavía no me ha tocado nada), todos los años le toca la lotería al señor Fabra, cuando no es a él directamente es a sus familiares.

No me puedo explicar como los ciudadanos pueden avalar esos comportamientos depositando su voto en políticos que manifiestan con su comportamiento, y con una actitud reprobable se apropian del dinero de todos los ciudadanos. Lo que está bastante claro es que la clase política conservadora no puede utilizar como viene haciendo el apoyo popular a la hora de eludir las responsabilidades en casos de corrupción. Algunos políticos se creen por encima de todo, pero afortunadamente la justicia, como está pasando en el Caso Palma Arena, aunque con lentitud, acaba actuando.

  • Digg
  • Del.icio.us
  • StumbleUpon
  • Reddit
  • RSS

1 comentarios:

Rodiseño dijo...

Resulta desconcertante la reacción de las masas a la hora de votar. Según parece, la gente pide que el gobierno los proteja ante la crisis con medidas de amparo y al mismo tiempo le castiga en las urnas. Por otro lado, protesta contra la corrupción y al mismo tiempo vota masivamente a favor los corruptos.
Parece como si en vez de un pueblo, existieran tres. Uno, los malos. Otro, los buenos. Y un tercero, los inbéciles. Que se vuelcan sobre uno u otro lado, dispuestos a creer todo lo que les dicte los charlatenes de feria.

Publicar un comentario